Tarde de parque, lo siento pero los odio, no hay nada más coñazo que salir del cole y ser arrastrada por tu angelito a uno de ellos.
Niñ@s sudorosos y gritones, levantando una polvareda a tu alrededor, que no sabes si estás en tu barrio o en el desierto del Sáhara.
Madres pesadísimas que te aburren mortalmente contándote lo listísim@s que son sus hijos, aunque a ti el niño en cuestión te parezca más simple que el asa de un cubo.
Las mismas madres que hablan de la alimentación de sus hijos, esto es verídico:
-Pues a mí, es que mi Vane me lo come todo-
¡¡¡¡Por diossssssss, no te escuchas a ti misma tía!!!!!, la verdad es que oyendo el diminutivo por el que llama a la niña, ya sabes que lo siguiente que suelte va a ser escalofriante. Pero la cosa no acaba ahí.
-Pues que suerte tienes hija, por que lo que es yo, no consigo que Lourdes me coma nada,nadita-
¡¡¡¡Vengaaa, vamos que nos vamos!!! yo ya estoy mirándolas esperando ver cual de las dos se supera a si misma y ahí viene.
-Qué aburrimiento chica, porque el pequeño es igual, podían haber salido a su padre que ese se come cualquier cosa-
En ese momento ya me ha entrado la risa floja compartida con un papá que andaba por allí escuchando alucinado y me ha salido del alma:
-Es que hay gente que come de todo-, nos miraban las dos como si nos hubiésemos vuelto locos y para mí, que hasta se han ofendido un poco, por tomarnos a cachondeo una conversación tan trascendental.
Menos mal que enseguida nos han dejado de prestar atención, porque sus listísimos hijos, han llegado al banco donde estábamos reunidos y como también son educadísimos han exigido a gritos su agua y les han dedicado a sus entregadísimas madres, un par de frases tipo:
-Pues no me da la gana comerme la merienda-,-Esto es lo que me has traído para beber, vaya asco-,-No me pienso ir todavía, te vas tú si quieres-.
Unas monadas las criaturas, yo no debo pertenecer a la categoría esa de madres abnegadas, porque mi hija no llega a terminar la primera frase, se queda en "no me da la gana" porque de la mirada que la echo se desintegra.
Al rato se han unido al grupo algunas madres más, entre ellas la angustiosa:
-No te subas ahí-, -no te sientes en el suelo-, -no corras-, -no saltes-,-a las cuerdas no que es peligroso-,-te van a dar con el balón-,-te vas a caer-...
Agotada me ha dejado, llévate al niño a casa le metes en una urna y nos evitas a los demás tener que escucharte ¡¡¡por favor!!!.
Como siempre ocurre en este submundo que es el parque, cuantos más niños se junten, más rápido se originan las broncas, lo normal vaya, personalmente no entro nunca, que arreglen sus movidas ellos solitos, que así se van curtiendo, pero siempre hay una mamá pacifista:
-Haberrrrr, ¿que ha pasado?, vengaaaaa que tenéis que ser amiguitos todos y compartir vuestras cosas, vaaaa daros un besito y arreglado- A esto le sigue una cara de asco que te mueres por parte de los enanos.
Por partes: No todos tienen que ser amigos, que eso es de las pocas cosas que puedes elegir libremente y si alguien te cae mal no tienes porqué aguantarlo. Lo de compartir es relativo, porque si encima que te cae mal, le tienes que dar una parte de tu merienda es como una puñalada en la espalda y por último que manía con los besitos, ¿me caes mal, te comes la mitad de mi merienda y encima tengo que aguantar tus babas?.
Una tarde encantadora y esto en el transcurso de una hora, de la cual llevo 45 minutos deseando largarme, se supone que esto del parque es un invento para que los niños se diviertan y se relajen un poquito, antes de subir a casa a hacer los deberes, bueno pues la mía, siempre acaba enfurruñada porque a discutido con una amiga que de repente ya no "la ajunta", con alguna herida aparatosa en las rodillas, sudorosa y con tan poca energía, que la supermochila de 5 kilos la tengo que llevar yo a la espalda.
Así que la niña llega mal a casa, pero la madre que soy yo, llego llena de polvo, medio sorda, aburridísima, estresada y con la espalda hecha unos zorros.
Qué ganitas de que acabe el cole por las tardes, que a la 13,30h en junio con la calorina, a la peque no la apetece nada, nadita, quedarse al parque, porque lo que de verdad quiere es llegar a casa, sentarse a la mesa y comérselo todo todo.
FELIZ FINDE!!!
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