Este año las bases del concurso eran, como el año pasado, no exceder las 150 palabras incluido el título y en esta ocasión, las palabras que tenían que incluirse en la historia eran Princesa y Perdices.
La verdad es que estuve a punto de no presentarme, porque con esa obligatoriedad de palabras, todo lo que me venía a la cabeza era superñoño y pasteloso y el resultado no me convencía.
Así que decidí dar la vuelta al tema y con Princesa y Perdices, escribir todo lo contrario a lo que normalmente se te viene a la cabeza y sugieren esas palabras.
Reconozco que el resultado es un poco dramático y macabro, pero me gustó la idea y me quedé bastante satisfecha, aunque ni en sueños pensé que podía...
¡¡¡¡¡¡¡¡ Volver a Ganar !!!!!!!!.
Estoy que no me lo creo y no lo haría, si no fuera porque mi chico guapo Rafa, ha tenido el detalle de llamarme para escuchar como lo leían y cortarme la llamada, cuando le ha tocado subir a recoger el premio en mi nombre.
Muchísimas gracias cariño, eres un cielo!!. Y muchísimas gracias también, al jurado que un año más ha decidido otorgarme el premio.
Bueno pues aquí os lo dejo, espero que os guste y disfrutéis leyéndolo tanto como yo escribiéndolo.
AZUL Y ROJO
Paula sonreía absorta repasando la maravillosa tarde que había disfrutado con Héctor. Cada beso, cada caricia, cada mirada...
El amor de su vida, su cuento de hadas, su comieron perdices, su príncipe encantador. Estaban hechos el uno para el otro, ella era su princesa.
¡Paula, Paula!.¿Estás escuchando?
Parpadeó enfocando al hombre sentado enfrente suyo sin reconocerlo.
¿Dónde está Héctor?.¿Quién es usted?
El doctor visiblemente cansado, la mostró un recorte de prensa amarillento fechado 4 años atrás.
Allí estaba ella, esposada y cubierta de sangre, al fondo tapado con una sábana, el cuerpo sin vida de Héctor.
¡Lo mataste, Paula!
Contaste a la policía que cuando se cortó aquella tarde en la cocina y contemplaste que la sangre de tu príncipe no era azul, debías cerciorarte que se trataba de un error.
Paula en la celda acolchada ya no escuchaba... solo sonreía y recordaba besos.
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